El tarot me pronosticó
una vida de muerto de hambre
los horóscopos me hablaron de cáncer
la vida me llenó de días sin sol
y la poesía me brindo un levante.
Ya no soy lo que fui antes
ahora soy francamente peor
y me muevo tranquilo en las calles.
Y soy un poeta patético y un escritor
que va tejiendo en tinta negra lo que vive
y que guarda siempre lo mejor de lo peor
y la sonrisa que a mi pecho se ciñe.
También soy un borracho sin remedio
el capitán con ambos pies de un barco
y un corazón que late y late sin tedio.
Y sigo vivo y escribo mis idioteces
cuando la muerte me viene de noche
a cobrarme la vida con intereses
si es que bebo sin importar el derroche.
Entonces desdeño el tarot y los astros
el rumor de aquel chisme llamado vida
y pongo en la balanza mi mala poesía
sopesando las ideas de antaño.
Ayer te besé el pezón izquierdo
y te recorrí las caderas con mis manos
mientras se endurecía febril mi falo.
Tus pechos me mantienen certero
si leo el tarot y la suerte desde tus labios
y entre tus piernas soy lo que me creo.
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