y soy la culpa y el deber
la soledad deambulando en traje negro
y zapatos deportivos blancos
soy la verdad en la que miento
el mortal nacimiento del ser
y la riqueza de esta nada que tengo.
Soy mi trago y mi tabaco.
También soy el oído que escucha
el pecho siempre abriendo sus puertas
y un abrazo justo a quemarropa dado
soy el imbécil y también soy el loco
que en su idealismo sus alas serrucha
desde su realidad más abyecta
en la que empeña su propio trabajo.
Soy mi latir y eso no es poco.
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