en las que generalmente
más que sentir
pienso
y me reconforto
frente al espejo con un:
¡Lo siento tanto!
aunque no lo siento.
Pienso en mi vida
en lo que he dado de mí
para ser quien soy
y así ser recordado
sin embargo tengo moho
y el cieno me cubre el alma
y otra vez estoy borracho.
Y pienso y pienso y pienso.
Estoy en un hoyo
y parece ser que no tiene fondo
que en su terrible espiral
me jala por los pies del pecho
y por las manos del alma
parece que no se detendrá
hasta saberme totalmente seco.
No encuentro jamás indicio
de la razón o el pecado al pagaré
que ahora mismo estoy pagando
yo que he sido lo que he podido
que he puesto el corazón en todo
yo que me anclé de lleno a la justicia
anteponiendo mi ser y mi razón
siempre tan borracho y tan podrido.
Y pienso
y pienso
y pienso.
Y ahora mismo
siento.
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