I
descomunalmente grande
toma un cigarro
y lo lleva a su boca
mira su mano
y se muerde los labios.
El reloj le dice que no es tarde
y el humo la arropa de placer
mientras la bocanada su alma deshoja.
II
Aquí los autos vuelan
y rugen como si el diablo
los piloteara
y los peatones
desearían no tener piernas
para jamás caminar.
Hoy lo pensé mientras caminaba
y me alegre de tener piernas.
Prefiero andar.
III
Es fácil ser amable
cuando pretendes ser amado
eso lo sé desde siempre
y es un hecho que lo soy
solo que yo no me amo.
Me gusta coquetear con la muerte.
IV
Debe existir dios
algunas veces
en algunos lugares
y en ciertos momentos
quizás es un bache en el pavimento
o en la muerte cuando nos viene
quizás exista por las tardes
cuando sonrío sin arrepentimiento.
Debe existir dios
tal vez solo es un sentimiento.
V
Una voz me dicta ser quien soy
como hasta ahora lo he sido
y es un voz amable y directa
que no me habla de presunción
sino que no me permite sentirme abatido
siguiendo a mi ritmo mi propia vereda.
Aún existe gente con corazón
en esta vida de mierda.
VI
Escucho el viento a través de la cortina
ruge fuerte y a veces brama
sabes, aquí hace frío
y hace la ausencia más dura la vida.
Mi corazón aún ama
desde esta ciudad tan llena de vacíos.
VII
Ahora que soy el señor de las moscas
noto que todos a mi alrededor son niños
buscando poder y supremacía.
Mi paracaídas la vida me ahorca
mientras ellos ríen al cantar un estribillo
que me llena de melancolía.
Solo busco la voz de la caracola.
*Inspirado en *El señor de las moscas".
VIII
Pero sigo vivo
lo sé
porque mi pecho late
y aún apuesto por el después.
IX
Probablemente ella vivía
con un marido anciano y decadente
o con una madre tirana
que no la dejó cuando joven casarse
tal vez vivía escondiendo un cadáver
desmembrado en la nevera junto a los tomates
o simplemente
era una mujer sin el don de la sonrisa.
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