La vida es dura
y la vida de un adulto aún más,
pues enfrentas a la realidad de los gastos
que cuando niño no tenías,
te enfrentas a la brecha de la duda
y ella comprende el verbo amar,
seguramente te sentirás como un gato
superviviendo de pequeñas ambrosías;
entonces es cuando cuestionarás todo
y sabrás que este embrollo llamado vida
no tiene mucho sentido para el desgaste
que vivir necesita entre tantos imbéciles,
pensarás que eres por vocación un loco
y poco a poco hallarás plusvalía
en tus valores y en tu capacidad de aguante,
para regar los caminos más fértiles
y mantener tu pecho en color rojo,
mientras cosechas el néctar de la vida,
de tu vida y lo importante es siempre
saber quién eres tú mismo,
en las buenas y en las malas,
puedes renunciar a todo
pero no puedes renunciar a ser tú mismo,
jamás te vendas por dinero
pues tu alma no tendrá jamás un precio,
ni tú cinismo y mucho menos tu idealismo;
llevas en los genes el cromosoma del loco
pero tú madre lo ha equilibrado
para que ahora seas quién eres ahora:
un hijo ejemplar, sano y dedicado,
culto, un tanto también berrinchudo
porque eres una locomotora
pero tu talante te lleva a ser bueno,
pero te hará deshacer miles de nudos
en los que el mundo te será cruento
y la felicidad te llegará a deshoras.
Yo sin embargo te abrazo
a lo lejos y también te presumo
porque eres lo mejor que me ha pasado.