enero 31, 2014

Tímidamente y silenciosa

Tímidamente y silenciosa como un gato
viene, a hacer correr sobre su riel las cortinas
en las que se esconde de noche la muerte.

Tenemos miles de años con hambre compartida
y aún el sueño de las viandas dadas en la boca
a pesar de traerla desdentada y contraída.

Quizás no sea nada sino mi mente
quien se aferra a la sal de los mares
pensando de ésta manera tan sin suerte.

Tímidamente y silenciosa como un gato
vienes, y abro entonces en par la puerta
de las tintas negras y haz de entrar
en mi pecho, irremediablemente.

enero 27, 2014

Así será la vida corazón

Así será la vida corazón
dando pasos al frente
algunas veces y otras tantas
laterales, manteniendo
siempre arriba la guardia
mientras seguimos golpeando.

No hay más, sino ser mejores
y resistir de pie cuando su embate
nos deja tristes y llenos de dolores.

No hay más que romperse la boca
y las narices, las manos, el pecho
entero, para poder ser felices.







*Para Axel, que hoy tuvo su primer gran revés en la vida al perder por vez primera una pelea de Box.

enero 26, 2014

Cae fiera la noche

Afuera cae la noche y sopla un viento frío
en el que los cipreses se sacuden el polvo
de un pasado que los encasilló en lo sombrío.

Bebo un trago y con él tu recuerdo emancipa
de demonios mi equipaje de tinta negra manchado
en esta víspera que reviste el amor de tripas.

Dentro no hay más que un febril infierno
en el que soy y ya no puedo ser más
que la hojarasca que espera morir en invierno.

Bebo un trago y con él cae fiera la noche
y sopla un viento frío que entre  lunas te nombra
mientras esucho en la avenida el rugir de los coches.

enero 23, 2014

A manera de discurso recurrente

A manera de discurso recurrente
esbozo esta letra entre corrientes de mar
y lágrimas de sal en las que se observa
a menudo el blanco febril de la muerte;
ahora que nada tengo voy y vengo
de las sombras de encaladas paredes
arrastrando mis huesos calcinados
y este corazón embriagado y latente.

Ayer pensé en la aurora y en los días
en los que el frío no calaba los huesos,
en la amalgama de una noche en compañía
por la que andaron juntos tantos besos.

Sin embargo aquí cosecho un botón
de dulce melancolía arraigada
pretendiendo un abrazo del sol.

Pero a manera de discurso recurrente
he de llevar la espina y la sangre,
enramadas en una corona en la frente
cuando se muere la luz cada tarde.

enero 22, 2014

A solas

I

Debemos regresar a las formas simples,
a la sonrisa expuesta
con sus primeros tallos de la primer simiente.
Quizás morirnos y
renacer sin el pecho lleno
de esguinces para esperar
cada noche tras la puerta a la muerte.
Los sabios nunca fueron capaces
de hacer un manual operativo básico
en lo consecuente al amor y sus reveces,
y desde ahí mismo
no nos queda más que estar jodidos
tratando de resucitar
un latido que otrora fue verde.

II


La eternidad es cuestión de daños,
de hacerse el loco o el imbécil
según lo amerite el caso.

Duermes y ahora lo se mientras bebo,
ya no me tienes ni te tengo,
ya nada vale, ni el sol ni todos los cielos.

Lo he comprendido todo
y muy a tu pesar,
entre letras seguiré bebiendo.

III

Algún gato trae en el hocico
una tercera parte de la luna
y se ha marchado
dejando tras de sí su espuma.

IV

Incluso ser un portador natural
del ritmo y el vaivén característico
de la ebriedad, el mundo lo toma a mal.

Soy aprendiz de poeta -les digo-,
y resulta ser como si el diablo
bebiera en mi copa, conmigo.

V

De nada me arrepiento
a estas alturas en las que me planto,
firme y también, un tanto delicado
del pecho y de las manos
tan cargadas de retoños y reveces
de los que nunca me he exiliado.

Quizás llegue a morir entre penumbras
en las fauces de una jauría salvaje,
y no me importa
si es que mi candor aún te alumbra.

enero 17, 2014

Tiemblo

Frío de mar y amaneceres grises
de nubes de nostalgia atiborrada,
de huesos, de viles sepias sin matices
esperando hallarte al otro lado de la cama.

Amanece mientras tiemblo
o tiemblo mientras amanece
-de cierto no lo se-
y entonces me da lo mismo
si dios o el diablo me resplandecen.

Y entonces bebo un trago
esperando ahuyentar el frio.

enero 14, 2014

He venido siendo

He venido siendo y lo acepto
una sombra que lleva entre los pies
sus propios pasos y una carencia
que en noches como esta te nombra
por que preciso en tu abrazo un después
en el que pueda alojar esta querencia.

A menudo pienso que esta letra insomne
se irá derritiendo al paso de los días
pero se que no será así puesto que el pecho
jamas se muere con la daga que voy sintiendo
a pesar de saber tu beso cual divina cofradia
y de la imposibilidad de mostrarme maltrecho.

No es un derroche quererte,
es para mi una blanca necesidad
y tu pecho me llena de esa bondad
que le calla la boca a la muerte.

Es difícil sin embargo
estar de frente ante este vacío
alojado en el vientre
y tan cercano a decir te amo.

Muy poco da de sí

Muy poco da de sí en estos tiempos el alma
cuando a oscuras y a solas sin más se trata
de hallar a la deriva un puñado de calma.

Habrás visto alguna vez el vuelo de las aves
y nunca uno tan bello como el de las golondrinas
por evocar en su repetida ausencia un salve.

Siendo si siquiera títeres de un destino carmesí
habremos de calzarnos el pecho si elucubramos
el destello de un pasado que creímos sin fin.

No somos más que el primero
de aquellos puntos crueles y suspensivos
que sin embargo son certeros
y por lo tanto no hacen nuestro días festivos.

Estoy un poco embriagado de oscuridades
y ron de caña que hasta mi traen su bruma
que tanto ha de parecerse al terrible hades.

enero 13, 2014

De la ola, el pájaro y una luna amarilla

Vino la ola a besar con sus labios la arena
y nunca más pensó en regresar donde las crestas
han de darle un cuerpo suntuoso a la mar.

Vino el pájaro azul a volar los grisáceos cielos
con la consigna de hallar un dios imperecedero
y un mendrugo de gloria para su fino cantar.

Vino por la mitad partida una amarilla luna
y rondaba su forma mi niebla y mi espuma
en la que amarillento preciso del todo amar.

Pero francamente
he de aceptar desde mis aposentos,
que la gracia es poca cuando escribo
y los demonios me beben sedientos
cuando yo  mismo bebo para sentirme vivo,
cuando hablo de la hoz de la luna en el cuello,
así, literalmente.


enero 12, 2014

De una roca que canta

Hay un recodo y un sendero de tiempo
donde se ocultan del alba las rocas que cantan
y nos ha de besar la frente un torrencial aguacero.
También las puertas que ahora muertas crujen
lloraron sus semillas secas y oraron por el verde
que ante el viento hubo de volverse ocre.
Y hasta aquí viene un avecilla que morirá
de una pedrada, a mitad de un aguacero
justo entre las jambas de una puerta
y la culpable sera una roca que canta.

Dada la hora

Sin embargo dada la hora
la gente sin demora duerme,
afuera hace frío y el cielo
se vuelve cada vez más nítido
y más ausente, y es una linda noche
de licores danzando en los estómagos
retorcidos de los borrachos que rondan
el parque donde el vicio es un derroche
y la razón no se divide en archipiélagos.

No lo se de cierto ni cuantas copas
ya esta noche a solas he bebido,
sólo sé de las olas y de éstas ganas de amar,
de amarte incluso con todas tus ropas
y sin que siquiera lo sepas, pues lo sabido
pierde siempre la fuerza incivil de la mar.

Hoy resulta que te pienso en el ciprés
y en la copa del manzano de mis días,
en el presente y en el futuro de un tal vez
donde la gente duerme con una luna que sonría
mientras yo sueño con el andar de tus pies
rondando este fiero tejado y con tu cofradía.


PD. Te amo pequeño corazón

Qué difícil resulta estar sentado aquí
con una copa que no es de cicuta en la mano
con los ojos llenos de un meditabundo 
mar y con este corazón de lo malsano
fiel recluta. Qué difícil sin ti
cuando la luna brilla y me ilumina
menospreciado en un ámbar cansino
embriagado y tan agreste como ruin.
Mi pecho es de aquellos que se sienten 
incluso sobre la ropa y huele a tierra mojada
a tinta negra a solas, a guerra nunca ganada
a racimos tenues de esperanza y a pétalos carmesí
en los que reverbera suntuoso el fiero mar.
Sabes tú de todo ello y la certeza de mi abrazo
de la bondad, de los buenos modos, de dios
más que yo y de sonreír sin mayores trazos.
Pero eres un pequeño soñador y no te culpo
al ser ese tu deber de infante, un soñador
de nuevas batallas y mejores levantes
un pequeño soñador como tu padre.
Ahora que duermes y vuelas sobre dragones
que juegan sin quemarse con fuego
te abrazo y te cobijo de la noche y de mis pardos
ojos, apago la luz y te canto mis canciones
con esta voz queda y con mi cálido aliento.
Y viene entonces una garra que me arranca
de tajo las raíces y me devuelve a la misma silla
desde la que te escribo este poema en páginas
solitarias y amarillas cuando la ausencia atranca
mi destino tomando tu mano y contigo
a la espera febril del lugar donde no exista el jamás.
Sabes que debo marchar sin laureles en la frente
como un ladrón alérgico a la justicia de los hombres
y que luché sin embargo, por mi propia razón
sin escuchar el cantar de esta nacarada muerte,
para arrancarle del pecho tu sueño y tu nombre.
También debes saber que te amo y te amaré
desde el tejado mío en los que espero una luna
ofertando mejores días y mejores tintas
que te salpiquen los pies cual mansa espuma.

PD. Te amo pequeño corazón.


enero 10, 2014

Entre esta calma gris de calaveras

Aún me queda esta manía
de beber a solas por las noches
un par de metáforas ennegrecidas
y un fiero hervor en estas ganas
que son de ti cual espeso rayo de sol.

Partiendo esta atmósfera podrida
qué duro es pensarte así
con la quijada rota y a la espera
de una sonrisa que no naufrague
en esta calma gris de calaveras.

Algunas veces me vencen las letras
y otras tantas los sueños, las paredes
saben bien de ello y de las sombras
acunadas en mi garganta cual trinchera.

Me queda ésta manía y eres tú
y el recuerdo de tus frías manos
o pudiera ser tu abrazo no se bien
o el oasis lácteo de tus labios
donde mi hombro descansa su cruz
aunque preciso que seas sólo tú.

enero 09, 2014

Es normal -me digo- y pienso

Es normal -me digo- y pienso
en el vacío repentino dentro de mi vaso,
un poco, también en el desuso de la palabra,
mucho más cuando esta es hosca y quema
con sus notas de talio y su color de verdad;
lo más duro de todo resulta sin embargo lo vivido,
los aromas que nos visten de pasado
y otro tanto también, aquello que otrora soñamos
y  hoy lo cosechamos enlamado y podrido.

He sido siempre de aquellos que con las manos dicen
lo que con la boca no puede, he sido el arrabal parlante
por que no puedo ser más, por que se del frío del levante
metido de lleno en las fauces fieras de la calle.

Pienso en mi andar por tantos años
de la mano de nadie, en el mar bajo mis párpados
y en la encomienda de este pecho que remienda
el latido y la resaca incivil, en los viernes y los sábados
a expensas del abrazo que me brindara mi hermana muerte.

Hoy caminé por la hojarasca que acompaña
el abandono de los árboles muertos y las ardillas
sin temor vinieron a mi funesto encuentro.

Hoy pensaba en los marismas del desierto,
en el bocado que se lleva el lobo a la boca
desmenuzado, y te hallé en el gris de mi centro.

Pero es normal -me digo- cuando te quiero así
y entre mi abrazo te sé tan nítida y certera,
ofreciendo tu pecho y  un tazón de leche para el gato
que te ronda los pies y este suspiro correspondido
ante las inclemencias de un tiempo, que no
espera el después ni la cortina carmesí
en la que te beso con la consigna de estar perdido
entre mis propias ganas de amar como aman los borrachos
y las putas de mi barrio, que se enamoran del febril
te amo que acuna un recuerdo entre sus labios.

Es normal, amada mía -me digo- que en tu boca
venga siendo a ser un arrebato de querencias
y aquella sombra que acompaña tu ausencia,
a  pesar de lo sueños molidos ante la voz de las rocas.

Hoy dormiré embriagado de ti y tranquilo,
sujeto al lugar en el que llega de lleno mi abrazo
y en el que parecen infinitos mis trazos.

Y en el cielo, justo ahí,
un pedazo de luna
como una sonrisa amarilla.

enero 08, 2014

Del brillo en tus labios

Ciertamente mi locura radica un poco en la bebida,
en la lejanía de los soles, en la cofradía
de una muerte que viene a darme de beber
en la boca y el frío que los huesos resienten
ante el albor con el pecho metido en el neceser.

Tengo entre manos una copa rota
y en el latido un remedo insaciable de gloria.

Pero a menudo voy y vengo de las sombras
sin siquiera traer conmigo un amuleto,
un beso en la mejilla  de una mansa quimera
que brinde con mi letra desde el ombligo,
o  un despertar a mitad de un vals terrible y lento
donde nunca sea detestable mi letra y mis maneras.

Sin embargo te tengo, tan metida ya en los huesos,
en esta gloria concebida desde el principio sin cura
y tan sujeta al beso que precede siempre a un abrazo,
tan cierta como el sol de diario y de la luna su blancura.

Ciertamente mis pasos buscan el uno dos
y mis ganas anidar solemnemente tu cadera,
no de una forma tradicionalmente vulgar
sino de una forma en que el levante,
detenga un instante su carmín esfera
y no impida con su terror que tu pecho adelante,
cuando no soy más que una cresta perdida en el mar.

Pero a pesar de todo, del brillo en tus labios,
y de tus ojos, de los menguantes de luna y espuma
existe un corazón que siempre late desbocado,
un par de manos que precisan del todo amar
y he descubierto que ante ello no existe la mesura.

enero 07, 2014

Como el mundo entero cuando tiembla

Como el mundo entero cuando tiembla
cuando aprieta el culo
al saberse metido en la incivilidad de la guerra,
como la puta cuando santificada resulta
empalada por el ritmo poético de un falo
que mas que su cuerpo
hallo desnudas sus propias dudas,
como el carmín de la señora sin orgasmos
que ha venido a decirme que soy guapo,
como la frialdad en los pies de la espuma
que genera diariamente entre lamentos el mar.
Una mujer duerme a mi lado y no es la mía,
un demonio me muestra tonos dorados
y nada tengo sino mis manos siempre en secrecia.
Como el reloj que sigiloso avanza
cuando el pecho y las ganas desbocadas
se sientan conmigo a esperar el mañana,
como el licor anisado que me quita el frío
metido en peroratas y grises hondonadas,
como en aquel recodo en la escalera encalada
mientras vivo y escribo éste te quiero con más brío.
Como el mundo entero cuando tiembla,
vengo haciendo que el mar venga a besar la tierra.

enero 06, 2014

En una luna nacarada

Aquí ya cae la noche y de repente
es una estela en el cielo, a lo lejos,
quien viene conmigo a beberse un verso,
a quitarse la caricia de la sombras
para regalarme un latido imantado,
una luz alumbrando un pasado reseco.
Por aquí sobreviven un par de cipreses
y la copa de un espeso manzano,
aunque también lo han hecho mis manos
que poco saben de los panes y los peces.
Me imagino la vida por tus andares
distinta, me imagino tu respiración
cuando duermes tranquila, imagino
el cielo en tus ojos y la resignación
con que resistes el amanecer en rojo.
Pero mas que legal, es necesario
rodeando tu cintura mi funesto abrazo,
resulta imprescindible que te monte
en una cruz para que seas mi diosa y mi todo,
mi apetito, mi letra mas precisa, mis trazos
orgullosos de su caligrafía, este remonte
de soledades y la escalera encalada,
tan llena de lodo y el sonreír aún a lo lejos
cuando te encuentro sentada en una luna nacarada.

De la tinta, de ti y de la mar

A estas horas
cada dos minutos
pasa un automóvil
dejando tras de sí
un eco que en seis segundos
poco a poco se va mermando.
Siendo un poco antes de las dos
la mañana trae la boca llena de niebla
y de crímenes aún no cometidos,
un tercio de fiera razón
y un palpitar que tu pecho busca.
Tu nombre en mi boca
ha de saberme a orfandad
y es mi verso quien por ti tiembla.
He de deberte el pago de la luz
en esta posada mía del desamparo
tan expensa de la estrella
que brilla en tus ojos y la estela
que ha venido clausurando mi cruz.
Tanto te pienso
cuando me siento un imbécil maltrecho
gastando en soledad su último destello
y elucubrando candidez de tu pecho.
Por estos lares el mundo entero huele mal
después de darse por completo
un baño de tinta enardecida por la mar,
cuando a pesar de ello
no tengo mas en el bolsillo
que un desbocado te quiero.

enero 01, 2014

En mis maletas llevo tu risa

Como cada noche en que mis diablos
exaltados reproducen soledades y querencias
inmersas en un sol que se pinta de carmín
el alma, para dejarme junto a la boca sus labios
pintados en el mismo tono, con sus carencias
y la nitidez de sus obtusas sombras.
Como cada brasa que ultima de la bruja la voz
metida en la escapatoria de un abracadabra
resultada en tu cadera y en su afilada hoz
de manantiales que este pecho vulgar taladra.
Quizás,  nada sabes de la ausencia
tocando una puerta carente de luz y cerrojos,
metida en lo incivil de una vaga luminiscencia
que arroja a mi favor la estela de tus ojos.
Siendo un poetastro enamorado de la curva
que acontece entre mis diezmados bolsillos
y esta voz menor enardecida vuelta turba,
soy, y no soy aquel esperanzador de un después
mientras me esfumo con mi propio cigarrillo.
Vengo de vuelta de aquel país elucubrado
entre mis ganas y donde nunca he estado,
me marcho también, de donde las sombras
nacen a los pies de un manzano y el verde
brota entre mis pasos mientras una sonrisa
los labios y los fulgores de ayer me rondan;
y después, ya despierto y con el alma
castañeando los dientes, voy de ti
y en ti busco una canción y calmo arrullo,
y en mis maletas llevo tu risa, tus azules
simientes por los que estos huesos míos
se desvanecen y es el eco quien me reclama.

Hace dos besos prendidos a tu boca

No pretendo esbozar entre mis manos la nada,
ni taladrar levantes hasta hallar uno fiel y venidero.
No pretendo que en mi letra descubras la verdad
ni entre el latir de mi pecho un amable sendero.
Preciso es conocer que el poeta
escribe y se desangra
mientras pretende la suerte del proxeneta.
Aunque yo no soy de ellos,
ni soy poeta ni pretendo glorias de proxeneta,
soy tan solo el arrabal que a diario vivo
mientras de noche bebo un trago y escribo.
Soy aquel que se atraganta de te quieros
a distancia, las manos que merodean
el más dulce y más terrible de tus sueños
entre un verso que precisa puerto en tu cadera.
Hace tiempo ya desde el ayer en el que vivo
y hace dos besos prendidos a tu boca,
que empecé a entender el crucial por qué
mi latir para ti en un secreto rincón estibo.
Sabes amor,
lo mas cruel de todo
resulta muy a menudo el tiempo,
sabes amor,
que a tientas y a pesar del lodo
acumulado en la voz de un te quiero
he hallado en tu risa piel y color,
y en mi letra por naturaleza funesta,
para ti, mis mejores modos.
Cuando tantos demonios
contonean sus sombras
me viene tu nombre a solas,
y se posa inmortal en mi boca,
entre un trago de amonio
y tu abrazo como voz de caracolas.

Un bocado de gloria

Metido en la glorieta que no lleva a ninguna parte
aún crecen un par de florecillas inmersas
en este enamorado trajín de la muerte,
de esta muerte que se sienta a esperar
por mis manos y el instante en que pierda
de vista la esperanza de ese par de florecillas.
Los carros que junto a mi pasan
jamás notaran esta salina estela de mis pasos,
cuando la luna me mira y a medias sonríe
por saberme igual que la muerte, enamorado
de un par de luceros a pesar del gris del cielo.
Los paseantes a mi lado resultan
una horda de ciegos que siempre llevan prisa
y barro en los tacones del ruido diario,
y nada miran con sus ojos de cobardes ratones
sino la transparencia de tul de sus sudarios.
Pero tu,
tu para mi me resultas
un bocado de gloria
en las fauces fieras de mi nada
y ese par de florecillas
son tus ojos
y mis letras por ellos coronadas.