agosto 31, 2013

En este ocaso inevitable de fulgores apagados

Este ocaso inevitable de fulgores apagados
trae en el aliento platos rotos y verdes cipreses,
conejos en la luna, el tierno vals de la ausencia
que tuvo siempre por pareja la demencia;
este ocaso trae en la garganta un ahorcado
que pende por poder el cielo tocar con los pies.

Y estando tan vacío y tan claramente viciado
me siento en la escalera a mirar las sombras
avanzando, engulliéndome de un bocado
cuando el reloj reclama mi partida y mi cabeza
mañana a primer hora, y con ella mis manos.

Tengo hechas las maletas y un boleto de autobús
con destino a ninguna parte, la barba un poco crecida
y este fracaso que me sabe a tinta negra derramada,
a sangre, a pasillos de hospitales sedientos de luz,
a catedrales recitando blasfemias nacaradas.

En demasía y tantas veces mientras solitario
y nocturno escribía, bajo la sombra de un manzano
imaginario, te vi dormir y añoré tu sueño,
y todo fue sólo un susurro, un verso en secrecía
de tunantes y demonios ensimismados
con la idea de recobrarse ante el espejo,
algún día, en otra piel que los mostrara risueños.

La poesía es una idiotez que esbozan
los que nada tienen y tanto añoran,
una extenuante necesidad de ser un mendicante
de belleza y de virtud, de la fe y del corazón,
de la vida y la esperanza de algún día curarse.

Y en este ocaso inevitable de fulgores apagados
habré de irme con mis silencios y licores de diario,
con la estela de humo que siempre me antecede,
con mis ojos pardos, con este acumulado llanto
que desde hace años en el último cajón he guardado;
este ocaso inevitable de fulgores apagados
me veo pernoctando en las grietas de mi canto
toda esta misma patrañería que busca sede.

agosto 30, 2013

P.D. Me está llevando el diablo

No me queda mucho tiempo, eso lo sé de sobra a estas horas en los que pretende vencerme el sueño. Y toda la noche ha llovido por todas partes y el pavimento se maquilla los huecos con deslavados charcos. Nada es tan cierto como el palpitar del pecho cuando ha de hallar cause directo al mar entre las manos. Yo, que ayer fui el esperazandor de aquellos, que sólo esperaban la Muerte ante un albor cualquiera y demente, me declaro hoy mismo un charlatán que embaucó una Luna bajo los párpados mientras el el arrullo de mis temblores me gestaban silente. ¡Vaya cosas que el vicio cobijado por las manecillas el reloj en penumbras desbordan! Dormirás pensando en mí y mi pasado que te mostró mi lado más febril y abrazarás mi recuerdo tan ajeno a mis licores de diario. Por que habrá algo de cierto en la fotografía que estampó ese brillo de mis ojos tan ignorante de la vida, tan ignoto fugitivo de este viento que me recorre el alma en estas prematuras mañanas, tan voráz y tan certero como la lima del prisionero. Pero aprendí a esquivar la incisiva mordedura de los peces que se tragaron los panes que escuadra en mano trazaron mis más ambiciosos planes. ¡Y es esta nada a manos llenas lo que tengo, este vicio, esta escritura que nada sabe de ser autodidácta y con la cual brindo y me entretengo! Nada de lo que esboce hará en el infierno las veces de abogado, nada de lo que piense naufragado en la misma silla y en la misma vida, habrá de quitarme la etiqueta que me muestre desnudo ante las sombras que me han hallado perdido y suculento cual bocado. Pero me hagas caso, sólo tenía que contarlo.

P.D. Me está llevando el diablo.

agosto 29, 2013

De espirales y vertiginosas parábolas

La mayoría de las veces, trasnochado
y aún sediento de la efímera vida
que se evapora y sonríe dentro del vaso,
exiliado y extasiado entre la espesa maraña
de espirales y vertiginosas parábolas donde
de los trastos siempre rompen el centro,
con el humo en las manos y con el corazón
de diario carbonizado por la brasa quemante
que la mayoría de las veces, trasnochado
y aún sediento de la efímera vida
me evapora y me diluye dentro del vaso.

agosto 28, 2013

Ante ello

No soy más de lo que puedo
ni he de poder más que lo soy,
y es mi doctrina carente de credo
a donde dando tumbos sin remedio voy.

Es tanto el tramo en el que no te tengo
que los relojes marchitan las horas
y en hilvanar ovillos me entretengo,
es tanta la humedad cuando acaloras
el verso y la rosa cuando devengo
de estas ganas mías y perseguidoras.

Y ante ello más no puedo...

agosto 26, 2013

Hay un poco de consuelo

Hay un poco de consuelo en saberse vivo,
en mirar tras la ventana del autobús
que afuera, entre los muertos de diario,
logra una luz despejar el hedor y la fauna
que cae del cielo con negras alas
y da siquiera respiro al cuerpo de su sudario.

No somos sino un bocado perfecto
entre las fauces de siniestros lobos.

Por la mañana al afeitarme
recibí dos cortes de navaja
y la sangre era como salvia derramada,
un rojo y caliente manantial,
un descanso para el alma.

No somos sino carne que espera
en una eterna cita los fieros gusanos.

Y sin embargo, esta noche en que escribo,
hallo un poco de consuelo al saberme vivo.

intrascendente

tan meramente intrascendente
asi de sencillo
sin aparentes razones
sin la aparatosidad de la metrica
desconsolado de la rima
de la puntuacion y sus signos
del caracter educado
e inservible de la ortografia

tan meramente intrascendente
bebo de pronto un whisky
y asi en las penumbras me siento

agosto 25, 2013

Yo nunca pretendí la gloria bañada de oropeles

Discúlpame los puñados de ausencia
y este andar, tan silente y descalzo
sobre las astillas de los platos rotos,
los reveces que la vida me ha dado,
las latas acumuladas de licores malsanos,
la letra, el verso, este voraz terremoto;
discúlpame amor, por esta voz que suena hueca
en las deshoras que sin más me cargo,
en el filo del albor en el que llego tiritando,
disculpa corazón, mis demonios y su gresca,
la cortina de humo, mis ojos apagados,
este ser repentino de la noche embriagado.

Después -lo juro- habrán dorados unicornios,
otoñales perdices comiendo de tu mano,
frutos prohibidos sin saber del rojo del pecado,
cánticos del gato con la fe puesta en el tejado
de los ayeres, catedrales aún sin podredumbre
y aquella plusvalía del que ha de vivir enterrado.

Discúlpame tanto gris y burda charlatenería,
tanto disfraz del hombre de bien que buscabas
entre el suspiro que te alejara sutil de la desdicha,
de mis propios sueños que construyeron otros
al pretenderme sujeto al traje negro y la corbata,
a la frialdad que halló puerto entre mis manos y tu espalda;
discúlpame Mujer, si de mi letra requiero notario
y de la métrica un lector siquiera ilustrado
que me diga "vas bien", sin saber siquiera quién soy;
disculpa vida mía, por mi transmutación en animal
y el arrabal en el que sin pereza ni mal desemboco,
por este estar sin estar, cuando soy nada y te invoco.

Yo nunca pretendí la gloria bañada de oropeles,
ni la saciedad entre tragos y vocablos ciertos y malvos,
cuando la realidad es la que muestra pasajes crueles,
y la vida, de la que nada aún sé,
pretende hacer de este muerto que vive
un espectro malherido y tan cierto como lo sublime .

agosto 23, 2013

Con la constante cofradía de la noche

Con la constante cofradía de la noche
cual ausencia perfumando los ayeres,
con las manos aún tibias y arrogantes
de sol y nuevos viajes, con la sombra
descosida de los pies huyendo a prisa
del mendicante latido que viste elegante.

Con estas puertas al cielo, abiertas
tan de par en par como las alas del cisne
que encontré a la orilla del lago muerto,
con el Jesús en la boca de los hambrientos,
con el temblor en las manos, con el llanto
que esconde la mar de los áridos desiertos.

Con el silencio despedazado por los relojes
que nunca abdicaron de su marcha y su deber,
con la insistencia pueril de este sueño dorado
que pretende ser un candelabro con suaves velas
al amanecer, con el latido resuelto e insumiso
a pernoctar cual tunante tu pecho nacacarado. 

agosto 21, 2013

Me he estado leyendo

Me he estado leyendo
-cosa en mí rara-,
y algo me dice que soy bueno
a pesar de la doble cara.

También he estado visitando
hospitales donde enfermos mentales
encontraron propicio paraíso
para bailar un vals con todos sus males.

Tanto me faltas Mujer
en el silencio que me callo,
en la ebriedad del propio ser
en la que ciertamente me hallo,
rondando mi beso a tus pies
cuando tu sueño sin demora es raudo.

Me he estado leyendo
-y soy bueno, me digo-,
como me lo dicen estas ganas
tan sedientas de estar contigo.

agosto 20, 2013

Salve

Han de verme los cuervos a lo lejos,
por mis ojos discretos se preguntan,
por mis costillas laceradas, por mis dedos,
por la rapiña que también llevo dentro
cuando después del vuelo se juntan.
 
Me tiendo en la pradera del desencanto,
no llevo nada que en mis bolsillos estorbe,
una pluma, un papel, un silencioso canto,
el aliento perdedor, la resaca del trago
y entre las propias ganas escrito tu nombre.

Poco me importan los finales felices,
el rumor plagado de muerte de las aves,
las arrugas en el alma, las sanadas cicatrices,
los nocturnos cumplidos de las meretrices
cuando te pienso y no logro esbozarte un salve.

Así las cosas por aquí y a estas horas

"...De la desgracia y el daño, 
nada importa, si está presente
o fue pasado;
siempre le digo a la gente
que a los ojos me suele ver:
a todo me he acostumbrado
menos a no beber..."

Gato Pardowski.

Así las cosas por aquí y a estas horas,
los demonios tan pronto vienen y van
a talar los bosques que arroparon mi canto
y los dioses que creí nunca más serán.

Ayer la luna nacarada mostraba su hoz
y a quemarropa me besaba el cuello,
la noche decía amarme demente
enmarcando en mis labios su sello
y el canto del grillo decía libertad
a pesar de estar inmerso en la mar.

Y mi nada era un todo que no naufragaba
entre los andares que perdieron el levante
y este lodo que embardurna parda la nada.

Tanta razón tuvieron los que otrora hablaron
de belleza en la locura pétrea de las manos
que escriben y en la boca un verso consumaron,
tanta razón y cuán eternamente tristes y cercanos
elucubraron el corazón y la negra sangre rondaron.

Así las cosas por aquí y a estas horas,
cuando ha venido un niño descalzo
al último vagón del tren a pedir una moneda,
de mi bebida un trago, de mi tiempo la aurora
y la soga que embellece mi propio cadalso
de finales tan tersos y febriles como la seda.
 
Han de dolerme las glándulas dónde el alma
se esconde de las astillas y los platos rotos,
los huesos, las costillas, el neceser de sueños
que despertaron por terribles terremotos
y esta frialdad con la que conduzco mis días
en la espera libertaria de una soez cofradía.

Y mis besos colgados tristes en el perchero
designan la bajeza de aquel que a solas pretende
no caducar en tu boca en tiempos perecederos.

Tanta la razón la de tus ojos que a diario callan
la ausencia y la soledad de un abrazo certero,
cuando en mi nocturnidad desolada detallan
el duelo en que la muerte ha de perder primero
el rumbo que la conduce al más gris lucero.

Así las cosas por aquí y a estas horas,
cuando entre mis líneas apareces y rumoras.

agosto 19, 2013

Dentro de todo

Y ahora, en soledades extasiadas
con rumores de viento besando
las crestas de un par de velas apagadas,
con el tambalear del pecho versando
el semblante de la nada contrariada
al hallarme en tus ojos naufragando
deténgome a pensar, en lo ruin y callado
que me vuelve este mar descalabrado.

Dentro de todo bien se gesta un daño
y son mis años, los que lucen gastados
cuando sin mayor demora la luz abrazo.

Nada sé de los finales felices que antaño
iluminaron los senderos aún inocentes
de amores y de este vaso que de noche empaño,
mucho sé del vacío que se cuelga del presente
en el que algunas veces del brazo te acompaño
al lugar donde es mi beso certero y demente,
donde te quiero toda mía con tus sombras
y sostenida en este hueco que te nombra.

Dentro de todo mal se gesta un sueño
y en el mío empeño, mi néctar y mis labios de sal
a costa de los tuyos arropando el vendaval.

agosto 18, 2013

Cosas de borrachos y de tunantes de la noche

I

Dentro del vaso, ha de caber un dios
que fornica a quemarropa con el diablo
mezclado con hielo y el sabor de tus labios,
y es en ellos donde se posa el itinerante yo
en busca del beso más cierto y más sabio,
a mitad de la noche más fría y su terco vocablo.

Pero de ello, no debes hacer mucho caso
si es que te escribo un desgarrado poema
abrazado a la ausencia después del quinto trago.

II

Tienes esa extraña cualidad
de hacerme sentir grande
aún ajeno a la constante vanidad
contraria a todos mis males.

Y yo que sólo tengo cual moneda
todas y mis más ciertas soledades,
mi capullo de humo y blanca seda,
y mi tiempo que te busca a caudales.

III

Suena un bolero por las calles vacías
y en el bote apenas un par de monedas,
una guitara desgarbada y de amores sombría
teje la ausencia y el acorde cual fina seda.

Y en la garganta de hombre que canta
puede verse un cielo gris y días de hambre,
en su voz la mirada de la muerte que espanta
la aglomeración en el pecho de la sangre.

Y nada de ello importa a estas horas
en que mis letras se adentran al mar;
no sé, sólo te lo tenía que contar...

IV

Tengo un pequeño inconveniente
que de noche sutil el pecho me taladra
una alborada que carraspea en mi garganta
las canciones que hallan pasado en el presente,
un callejón a oscuras donde los perros me ladran
y el mismo demonio con mis huesos se atraganta.

Tengo un pequeño inconveniente
que desaparece del todo de día,
aquella firme convicción del demente
que se viste del andar de la poesía.

V

Hace ya tiempo de mis primeros andares
por el sendero de la letra oscurecida
y de estas ganas cargadas de todos sus males,
hace ya tiempo que no frecuento los lugares
donde la lágrima explota enternecida
por no conocer el punto final de los finales.

Hace ya tiempo que sigo en espera de lo mismo,
un abrazo que empañe la vida y su triste cinismo,
un beso que hasta mis labios llegue trasnochado,
una pausa para recobrar de mis sueños el dorado.

VI

Reposa serena en el cenicero
el alma gris de mi fiel cigarrillo,
cuando la mía busca sendero
para desahuciar un estribillo.

Reposa el licor en la copa
que bebo a sorbos lentos,
cuando el recuerdo viene sin ropa
a encontrarnos moribundos y sedientos.

VII

Como aquel juego que de niños jugamos
a la sombra de un árbol que fue derribado
para construir una carretera para huir del verano,
como el frasco caduco de conservas
que terminó en la basura cercado por un cesto
en el que tiramos los dogmas del arcano.
 
¿No han de comerte los gusanos los ojos,
las vísceras latiendo, los pulmones manchados
de alquitrán y del cáncer aún por gestar,
los sueños resguardados por el cerrojo
de la puerta que alejó de tus pies los prados
cuando en tu pecho quisieron germinar?


VIII

Dadle consejo y en la frente un beso
al idiota que escribe su propio infierno
con la implacable cofradía del verso.

O al menos dadle dos patadas certeras
en el culo, o con él haced lo que debieras.

IX

Qué deslucida es la vida cuando nos muestra
las tripas de un perro que no pudo con la avenida,
qué meramente intrascendente la gracia vuestra
que pasa por ellas sin hallarse conmovida.

La sangre en el pavimento no es para todos
razón suficiente para sentirnos embadurnados de lodo.

X

No es que yo quiera, es que te quiero;
es que la noche y mi verso se enajena
pensando en tu beso y tus caderas
cuando en los bares a solas espero
que venga a mi encuentro la gangrena
y la luna con el escote de cualquiera.

Y han de joderme las ganas y el pecho,
estos labios míos tan acostumbrados a soledades
que palpitan de lleno bajo el vientre,
bajo la piel que me recubre deshecho
la verdad que profeso cual puras beldades
en las que busco situada en el siempre.

Pero no hallo de tu nombre la rima consonante,
ni en la secrecía de tu encuentro el ritmo preciso
que me dicte perderme entre tu abrazo y tus senos,
 y yo que tanto busco un cierto dolor coronante,
un verso que me fluya incivil  y ante la noche conciso
por estas malvas manos entre tu cuerpo y sin frenos.

agosto 17, 2013

Qué de nuestro

Qué de ti, sino la noche que me acompaña,
las latas de besos que ayer caducaron,
tu boca que los resucita y el todo empañan,
y los demonios que tu pecho regurgitaron.

Qué de mi, sino la última mesa del bar,
los pecados servidos con hielo en un vaso,
la hojarasca de mis pasos y mi aliento de mar,
la nada que te ofrezco en los huesos de mi abrazo.

Qué de nuestro, sino la flagrancia del beso,
la proximidad de los cuerpos en callado llanto,
las manos entrelazadas en un rincón terso,
las propias dudas, el deseo y un cierto espanto.

Qué de la noche, sino la nube en que te pienso,
cada gota de febriles lluvias con la espalda erizada,
los latidos mascarados que al sol encomiendo,
el estancamiento de la sangre y una hoz nacarada.

agosto 15, 2013

Tanto nos falta y no las ganas

Tanto nos falta y no las ganas,
el recital de una luna demente,
un dios que se tiña las canas,
las sábanas y el blanco precedente.

Tuve una vez una paloma
parda cual itinerante visita,
una flor que perdió el aroma
al encontrarse al cementerio adscrita.

Y reí también como imbécil
y entre los tragos y el tabaco obtuve
de la vida una cierta tesis,
una guirnalda, un verso que contuve
entre las piernas cual diuresis.

Tuve los sueños del suicida,
la boca del amante, los dolores
vibrantes, un quicio de vida
tatuado en la piel de los sinsabores.

Y en la hojalata y la basura
buscaba lugar para coronarme
de noches y noches a oscuras,
la razón para cobijarme
del destino y su feroz espesura.

Tuve una vez entre mis sueños
una voluta de humo y manso fuego,
un tenue despertar risueño
donde tus manos jugaban mi juego.

Tanto nos falta y no las ganas,
si tu boca me busca las fisuras
y el abrazo viste de grana
los temores de esta mutua locura.

agosto 13, 2013

Algunas veces espero suculenta la blanca muerte (y otras tantas)

Con mis escasos años, aún trepando
por la cuesta como un educado mono,
con la intermitencia del brillo de mis ojos
después de la resaca matutina y el sol
de diario, con la ausencia tan marcada
cual flagelo a mitad de la espalda y mi dios
que huyó cuando la sombra echó el cerrojo
y probaron mis labios la caña destilada,
con mi boleto sellado del autobús que conduce
al diablo, con esta confidencia de mi garganta
hecha nudo y la extinta lágrima que produce
esta pretensión absurda de cenizas al aire,
con mis letras que a mar y a sal sólo saben
en las esquinas puntiagudas de un solitario bar
en el que el fuego y la humareda siempre caben.

Con la punzada de lleno en el frío de mi costado,
con la copa a pesar de la derrota y del invierno
en lo alto, con la certeza de todo aquello incierto,
con el manzano de mis sueños dando frutos
a mitar del infierno, con este innegable mestizaje
del que disfruto inmerso en los oscuros suburbios
buscando maridaje, con mi pecho nunca cierto
entre las olas de un océano feroz y turbio,
con este aroma cimbrando la acera a tabaco,
con mi letra y la vocación asesina de mis manos,
con la brújula que apunta su aguja hacia el vientre
del nunca esperando el siempre, con mi boca callada
ante la voz que viene a cantar el blues del desencanto,
con mis ganas viniendo a decir mi alma descalabrada.

Y no te miento como lo hace mi propio fin
cuando viene a mí y a mis noches decadentes;
algunas veces espero suculenta la blanca muerte
y otras tantas, tan sólo espero por tu boca y por ti.

agosto 10, 2013

Motivos habrán

Motivos habrán para tanto choque de huesos
y de esqueletos roídos y descalabrados;
las sombras insumisas.
La bravura del recuerdo anidada en los besos
y en la mancha de la que emergimos desolados;
el diablo y su sonrisa.

Motivos habrán para la lágrima suicida
y el pañuelo que la contuvo hoy besando el suelo;
y una blanca camisa.
La misma estrella embaucada ante una luz vencida
y la muerte que guardo en el cajón con recelo;
y el Domingo sin misa.

Motivos habrán para el latido desdentado
y el reloj trasnochando con su eco enloquecido; 
y esta ausencia concisa.
La misma copa pidiendo mis labios callados
y la humareda entre el andar gris y desvivido;
tu abrazo y mi cornisa..

Motivos habrán para decirte que me muero
y mi trinchera no sabe del paso de dios;
y es este fuego a prisa.
El mar en secrecía en el que desespero
y la ola queriendo en tu cadera anclar el sol;
mi noche te precisa.

agosto 09, 2013

Francamente

Francamente, la espiral que sin demora
me lleva al centro no precisa remedio
cuando el mar y los cielos se desmoronan,
no busca busca bordes ni puntos medios
entre el escrupuloso bien y el salvo mal
cuando el latido es turbio y manso el arrabal.
Mi noche viene a ser bocado de los buitres,
la luz de una vela pagada,
el humo del tabaco que baila un vals triste,
un par de estrofas con mortaja.

Y así, sin poder evitar el parloteo de mis manos
ha de invadirme ese hueco tan parecido al hambre
sentida en los huesos, en este despertar de lo inhumano
que tiñe mis versos de apologías y sangre,
del secreto en el que soy terso cuando no puedo
ser, lo que en mis ganas de loco pretendo.

Francamente, los pasos dados me duelen
más que el eco que a ciegas los preceden.

agosto 07, 2013

Soy un alcohólico mi amor

Con la carrera atrabancada de ser
alguien he de llegar a casa vuelto hollín
el pecho y en mis papeles he de apellidarme
nadie; y entre estos párpados sin fe
el origen bebe un trago esperando su fin.

Nada me apena más que la voz
que no sale y la aurora que viene a besar
todos mis males, nada me inquieta más
que el filo perdido en la garganta de la hoz.

Soy un alcohólico mi amor,
un emancipador de trágicas comedias
enraizadas en la verbena de los muertos
que han de vivir del pulsar de las manos,
de los cuervos que la gloria asedian,
soy aquel que escribe carcomido por gusanos.

No creas entonces que no he de escuchar
el llamado del mar y de la pira humeante
su cantar,  las sombras no siempre malvas
muy a  menudo entre sus brazos me acunan
y es el mal, quien me lleva al ensueño rebosante.

Hoy no me preocupan las camisas limpias,
el perfecto nudo inglés de la corbata
ni la muerte que en el cadalso relata
la fiereza del amarillo en las noticias.

Soy un monstruo pretendiendo la belleza,
un gato bonsái, la copa de un manzano malherido
por la poda nocturna de la certeza de sus frutos
que hubieron de nacer ante la luz plagados,
soy el verso a la muerte autoadherido
cobijado febril por sus instantes disolutos.

Pero no creas de mi sino el beso
que te busca en carreteras desiertas,
a mitad de la noche en desesperanza
entrechocando mis grises huesos;

Esta noche en que invoco a los diablos
y el rizo incivil de sus colas coloradas,
pretendo que entre las cruces me encuentres
buscando entre un puño de tierra mis labios
y un temblor en las caderas parecido a la muerte.

Soy un alcohólico mi amor,
me lo dice un repentino estertor.

agosto 05, 2013

De ser posible

De ser posible, después del canto
del cuervo eternamente enlutado,
me cortaré de un tajo las manos,
la lengua, ensancharé sonriendo
la comisura de estos tristes labios
a golpe de navaja, como queriendo
engendrar una mueca en el retrato
que busca la alegría en el pasado.

Me visto de humareda y alquitrán,
de temblores que gustan de lo incierto
inmerso en la más dulce guerra copulando
con la más intrascendente paz,
ultimo la botella que me quiere grande
en el trajín del camino que ando
con el pecho en desparpajo y descalzo;
me vuelvo el loco, el soñador detestable,
el poeta de arrabal, la piedra que el mazo
viene a besar con su golpe confortable.

Esta noche en la que el beso me queda corto,
la caricia del desencanto viene a mis pies
ofertando un corazón al fondo del vaso,
un salvavidas dónde no hay mar ni vida,
un cáncer unitalla, un severo puntapié
en el alma que ha de buscar un cielo raso.

Y enloquecido en la conciencia de la inconsciencia
me afeito todos los días al despertar por la mañana
el mentón, las mejillas y estas ganas pardas
de recobrar entre tus pechos mi gris inocencia.

De ser posible, después del llanto
que desconoce la lágrima a pesar de amar la sal,
quisiera ver una silueta que me no me muestre malsano
atado a la espiral del trago, al tabaco quemado
con la llama de este amor que es mío y elucubrado
siempre en esos sueños sombreados por manzanos.

Me guardo las alas que nunca he extendido,
la mísera parte de mí que pinta calaveras
en la mezquita de aquellos que creen que el mañana
vendrá sin la misma calaña luchando por lo perdido,
de un par de bocanadas me fumo la vida restante
y escribo un poema agusanado y podrido,
renuncia a las voces metidas en la cabeza
que alguna vez me predijeron cual gigante
que no necesitaría más que la belleza.

Esta tarde el laberinto me ha mostrado perdido,
jadeando ante la imposibilidad del ser
anclando en el puerto de lo jamás estipulado,
enmarañado en la tierra donde la nada es la Mujer
que me encanta con su beso y su tibio abrazo,
con su vientre y la cadera a la que no he accesado.

Y ya embriagado en la destreza del vicio
he de plantar una rosa que espera la muerte,
y espero un lugar para el loco en el hospicio,
para aquellos que aspiramos a mejor suerte.

agosto 04, 2013

Debo ser sincero

Debo ser sincero y a la vez cordial
entremetido en el verso y el latido
que no ha de aceptar metáforas
ni un poco de retórica en la vida real.

Me estoy muriendo de ganas
por anidar tu lecho de palomas blancas
y maullares rondando la cava
que tan a menudo me estanca.

Otrora nunca el pecho me rugió
tan fuerte y tan amenazadoramente
como esta noche que espera el sol
y sentirte mía, completamente demente.

agosto 03, 2013

En tu tiempo

"...Algo de vos llega hasta mí,
cuando era pibe tuve un jardín
pero me escapé hacia otra ciudad
y no sirvió de nada por que todo el tiempo
estaba yo en un mismo lugar
y bajo una misma piel
y en la misma ceremonia,
yo te pido un favor,
que no me dejes caer 
en las tumbas de la gloria..."

Fito Paez.

En tus ojos aún -fiel lozanía
ante el embate de la vida- crecen
la virtud y el pecado en cofradía
y el demonio con ellos se estremece.

En tus manos -su nocturno candor
en mi espalda- se esboza una palabra
que calla a oscuras su propio albor
en esta realidad que descalabra.
 
En tu beso -la poción insumisa
que bebo- soy un tiempo venidero
en esta soledad que me precisa.

En tu tiempo -hechizo verdadero
de mis ganas- los minutos me avisan
la proximidad de un latido fiero.

Confesiones II

"La noche y sus largas piernas
afiladas sobre mi garganta...
en eso mismo pienso y desvelo
mi sueño entre sangre en cataratas."

Gabriel Salinas.


VI

Me ha dado por sentir la extrañeza
del árbol deshojado en pleno verano,
por mirar extasiado la lluvia al caer
metido en un huerto frío y malsano.

La muerte me ha hablado de ello,
y recomienda no hacer caso.

VII

He hecho amistad con el ratón
que viene a roerme los libros
y el alma que oculto en un cajón
mientras la vieja ratonera calibro.

Le guardaré un par de horas
de luto mañana temprano
y guardaré algo de él para mí
para no sentirme del todo inhumano.

VIII
 
Todo esto resulta una comedia
patética dónde ha de ser el bufón
quien se ríe de la insolencia de la vida
del rey que no tiene para el oro vocación.

He de preferir una cena fría
a las viandas ofrecidas
por un corazón sin estrías.

IX

Vienen cayendo la luz y las ganas
de una noche en la que nada soy
sino el hombre con infantiles canas
en el extremo más alejado de un convoy.

Y cuando nada se y nada me sabes
vuelve la idea del beso y el vientre
embadurnado de diablos y sales.

X

Al fondo del espejo sigo siendo
un buen tipo que se ha visto viciado
por la belleza pretendida en el recuerdo
que me encuentra siempre cabizbajo,
en la sombra que se achica a mis pasos
y tiembla de miedo entre el humo del tabaco
y la boca en la que a menudo desespero.

O tal vez, sea el patán con buenos modos
que lanza el corazón al agua cual anzuelo
esperando peces inmersos en el espeso lodo
cobrizo de la ausencia que busca el cielo,
la más confortable infierno, el todo o la nada,
la tonada y el ritmo donde los pies en el suelo
terminen por hacerte levitar febril en mi cama,

Pero aún de todo ello tengo mis dudas
cuando en mis ojos vienes siempre
de mi mano y del latido en el vientre
a mostrarme sin perdones el alma desnuda.

agosto 02, 2013

Confesiones

I

Suele ser tan dúctil el alma
del poeta que se debate en agonía
después de la tempestad y sujeto
a la ferocidad del viento en calma,
que Franklin resulta un chimpancé
en los asuntos eléctricos del ser.

II

Ciertamente soy un patán
que a ojos ciegos sigue el patrón
que me ha dejado satanás
por creerme un tipo con vocación.

Nada habrá de distinto en mí
cuando mi trago nunca renuncia
ni busca por todos los medios el fin
que el gallo al despertar anuncia.

III

No te engañarán mis manos
cuando rodean tu talle y tu cintura,
yo soy el mar de lo inhumano,
el beso que contagia de locura.

IV

El cigarrillo entre el medio y el índice
o metido en el infierno de mi boca,
el verso entre las entrañas y el apéndice
o sujeto al cuello como pesada roca.

Y me tiemblan el pecho y las piernas,
cuando me niego a pensarte sombría
leyendo esta cruel y apología eterna.

V

Me importa un bledo la paz mundial,
los millones de pobres, la hambruna
y esta vocación innata de asesino serial;
cuando pretendo hallar tu cabeza en la luna,

Con el cobijo de la noche

Nunca he dudado en compartir
el cúmulo de nada que llevo
entre las manos, esta inercia
a la gravedad que me conduce
irremediablemente hacia abajo,
hacia el centro con sus fulgores
y su incontrolable fuego.

Llevo en los ojos la ausencia
y en el pecho los grises matices
de un latido fiel y desangelado,
un ronronear cobrizo ante el nácar
de la luz de una luna en el tejado.

Y sin embargo, mis letras algo dicen
de la resurrección de la sonrisa
que otrora perdí entre los bares
bebiendo la más dulce copa,
algo traen entre manos, una treta
que me invita a recorrer viejos lares.

Por más miserable que parezca,
he de disfrutar empeñar mi locura
ante el albor de tus ojos cuando nombran
calladamente un par de besos cual cura.

Y así, con el cobijo
de la noche, sonrío.

agosto 01, 2013

A quién le rezo

A quién le rezo sino al pecado,
a la lata de atún de la despensa,
a la botella vacía, al bocado
versado siempre a expensas
del huraño que lo lee cual recado;
al trago de rigor, al mismo vaso,
a mis ganas en las tuyas, a las manos
entrelazadas, a la contrariedad
de tener un pecho de avanzada edad.

A quién le rezo sino al neceser,
al secreto de la Luna cabizbaja,
al alma etiquetada en rebaja,
a la condena del ser sin ser.

A quién le rezo cuando la fe
trae consigo un mapa de tus piernas
y la consigna del después.

Julio

"...Fue aquel séptimo mes,
en la primera luna colgada
del cielo a dos palmos del suelo
y bailoteando en el aire sus pies..."

Gabriel Salinas.

Me viene a menos la arena
del mísero reloj sepulturero
cuando en medio del jardín,
mis rosas no huelen a nada
sino a viciadas añoranzas
preguntando el camino al fin.

Aquella Roma luce tristes
los caminos que Nerón
jamás imaginó llenos gente
despistada por luces de neón.

Me viene la codicia entre los brazos,
el querer acaparar la gota de belleza
con la consigna de perder la cabeza,
metido en la caducidad de mis trazos.

Aquella nube que me suspendía
el alma con plateados alfileres
se ha visto ennegrecida por ayeres
que no recuerdan la luz del día.

Julio no es ni será nunca adecuado
para el loco que escribe un verso
a la vieja usanza del latido verdadero,
no será jamás lugar para guardar un beso.